miércoles, 1 de mayo de 2013

Fútbol Base: Ganar para perder.





Estás ahí, a punto de conseguir lo que te proponías, estar el primero. Finalmente, en los últimos partidos lo consigues, bajo cualquier concepto, sin importar nada más que la victoria y acabas ganando esa ansiada liga que asciende a tu equipo. ¿Pero, vale todo en el fútbol base?

No es raro, ver, como equipos para conseguir ese ansiado ascenso, reciben jugadores de divisiones superiores del club –un portero, y dos jugadores de campo-. Inclusive algún entrenador, habrá visto como les bajan jugadores de un “A” o “B” de la misma categoría y por si fuera poco otros 3 jugadores de una categoría inferior, es decir sumando un total de 6 jugadores no pertenecientes al equipo que se había confeccionado. (¿Qué equipo entrenas?)

Esto, hoy en día, es una realidad, y ese club que quiere crecer, y tiene un “A” al que no puede ayudar nadie, se encuentra con que sus rivales directos, los “D” los “E”, “F” reciben ayuda de los “A” o “B” de la máxima categoría. Finalmente, ese equipo que peleaba, con sus propios recursos no acaba ascendiendo, y sí lo hace ese “D” o “E”  que ha recibido la ayuda de otros equipos. 

Ciertamente, es legal, pero cabe preguntarse ¿es moralmente correcto? ¿Vale el todo por ganar?
Más alejados de la situación anterior, seguro que tú mismo, has visto, ese equipo marrullero, que hace faltas continuamente, que se la pasa al típico chico gordito para que chute desde su campo, y por si fuera poco, ves que se tiran y pierden tiempo en cualquier ocasión que se les presenta (cuando ganan). Tú, como entrenador rival, lógicamente, tienes que tranquilizarte, porque si tus chicos ya de por sí, se ponen “de mala ostia” con eso, sólo hace falta encender otra hoguera. 

Finalmente, no acabas ganando la liga, ni ascendiendo con tu equipo, y sí lo hacen aquellos que recuerdas con palabras rodeadas de negatividad. Pero, pasan 3 o 4 años, y te reencuentras con tus chicos, a los que les enseñaste valores, disciplina, y a ganarse las cosas por sí mismos. Un equipo, que además estuvo a punto de ganar la liga, exclusivamente con su trabajo.

        Casualidades de la vida, en la nueva temporada te reencuentras con algún equipo que ya habías tenido y usaba esas malas artes, que he señalado antes. Ahora, eres tú, quién gana en el terreno de juego, y si consigues lo que todo el mundo quiere, pero recapacitas y te das cuenta, de que hace tiempo, ya ganaste lo que es más difícil de ganar: un grupo que ha aprendido a entender, a comportarse, a perder ante las injusticias, y que se ha centrado en conseguir las cosas por sí mismos, esfuerzo, lucha etc. 

Te das cuenta que aquella etapa anterior, era el momento del aprendizaje en el campo y no de las victorias –aunque siempre queramos ganar-. Y es que a menudo, te encuentras, que todo se centra en las victorias, a cualquier coste, y ese equipo ganador de antaño, sólo se ha convertido en un equipo perdedor, que no ha aprendido nada más que ganar, y es que ganar, con el tiempo, es más difícil que fácil. 


Miguel Soto López,
 entrenador de fútbol.

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